Defiendan lo suyo.

Aún queda mucho por hacer. Poco a poco habrá que ir buscando fórmulas para darle a esta tradición la categoría que le corresponde y celebrarla de la manera más adecuada posible. Sin lugar a dudas es de las más imporantes de Canarias hoy (si no la más). Es sin duda una de las más importantes del mundo, y ha permanecido abandonada toda la vida, ninguneada, menospreciada y supeditada a las absurdas celebraciones religiosas que han ahogado siempre a este pueblo y su calendario como en casi todo el país. Celebraciones que tanto empobrecen la cultura de los municipios, la de su gente y la de sus hijos para someterlos y beneficiar a los de siempre. Los detalles se mantienen, las costumbres fabricadas a partir de esos intereses se siguen fomentando, trabajando en la cabeza de los ciudadanos, y hay que contrarrestarlo todo lo posible para recuperar y que no se pierda lo nuestro, defenderse de esto. Es penoso que haya que hacer un esfuerzo tan grande para alcanzar la consciencia de la gente por tantos años de menosprecio, para hacerla reaccionar, despertar. Pero más penoso es ver que se siga haciendo lo mismo.

Ahora que Las Tablas empiezan a sonar, a generar más rendimiento, no se va a dejar de intentar viciar la tradición de la misma manera, van a intentar más que nunca apropiarse de esto, como se ha hecho siempre con todo. Es una pena ver una web municipal renovada que dice que todo lo que se hace en noviembre es una manifestación de "la devoción por el santo" o escuchar a un técnico municipal decir en televisión "Icod es San Andrés". No se puede elaborar un mensaje municipal de esta manera. Es la misma tontería que esos cuentos que se leían hasta hoy acerca de la borrachera del santo Andrés como origen de la fiesta y cosas por el estilo con los que se despreciaba a los vecinos abandonados en la ignorancia. Se repitirán las mismas banalidades pero en otro tono ahora que mira más gente, para que parezca más serio o más solemne si hace falta, pero es el mismo vicio. Es dar unos cuantos pasos para atrás, es atraso para todos y sobre todo perjudicial para los más jóvenes, que tanto y tan alegremente participan por ellos mismos.

Niños y niñas, jóvenes, tienen que saber que no es la devoción por el santo lo que impulsa a que la gente haga todo esto. La devoción por los santos se manifiesta en los actos religiosos, la manifiestan los seguidores de cada religión en sus templos y sus rituales religiosos, cada uno donde quiera. Pero estos no son rituales religiosos ni el Ayuntamiento es Iglesia. Son manifestaciones populares, nacidas de las costumbres del pueblo, de sus necesidades y de su esfuerzo para salir adelante. Es la gente la que desarrolla todo esto en su día a día, en el devenir de su supervivencia. Los niños y niñas, los jóvenes, tienen que comprender que con estos gestos que parecen tan simples solamene se fomenta el negocio de la Iglesia y sus socios, que es un machaqueo constante para ponernos a todos a su servicio. Que es un martilleo permanente para tratar de someternos a todos, en nuestras cabezas, en nuestras ideas. Con esto sólo se pretende limitar nuestra capacidad para pensar en nuestras propias capacidades, nuestra capacidad para entendernos a nosotros mismos. Sólo se pretende someter todas nuestras ideas y nuestra expresión como personas a estas cosas, a lo que digan ellos.

Creo que hay que respetar a todos nuestros jóvenes confiados e indefensos un poco más, y no apropiarse y traficar así con su entusiasmo, no vender su cultura de este modo, no hipotecar su futuro con gestos como éste. Creo que si no se nos deja de tratar como a monaguillos y monjas, si no se deja de mostrar el pueblo como un monasterio, si no se deja de poner todo en manos de la Iglesia, jamás se avanzará nada. Los de arriba lo saben, que los jóvenes se desengañen cuanto antes. No hay que mirar para los que imponen estas cosas, es absurdo replicarles nada. Queda dirigirse a la gente para que en la calle se den cuenta de lo que les hacen, de lo que ocurre y se defiendan. Cuanto más jóvenes reciban el mensaje y lo asimilen mejor, del mismo modo que hacen esos otros con ellos sin pudor alguno. Quizá a alguno o a alguna tanto argumentar contra estas cosas le parecerá demasiado. Se lo parecerá seguramente a quienes viven de ello. No hay que descansar para que Las Tablas de Icod de los Vinos se entiendan y se vivan como se debe, de manos de su gente y no permitir nunca que se vicie con estas cosas. La gente tiene que comprender qué ocurre con su fiesta, qué hacen con ella y cómo debe estar, para que así hagan cuanto puedan para que se les respete como debe ser, para que puedan bloquear esos mensajes en su cabeza, entenderlos correctamente y vivir un poco más despiertos, vivir su tiempo lo más sanamente posible. Para que puedan defenderse de todo esto y tomar la iniciativa cuando lo crean oportuno, simplemente pensando, hablando y eligiendo. Y hasta para que sirva de ejemplo en cualquier otra tradición aquí o en cualquier otro lugar del mundo aprovechando Internet, que es para todos hoy una bendición real frente a todo esto.

Cuiden de ustedes y de lo suyo, que no se lo robe nadie.